6.11.06

Vuelves.

Somos cómplices de lo oculto, asesinos uno del otro, eternos cuidadores de alguna remota posibilidad. No somos en el tiempo, mujer, vivimos en el siempre, ocultos de todo aquello que nos hace invisibles. Somos en nuestro juego de risas y roses, de pasos encontrados y miradas azarosas, y si de pronto hablo no busco decir nada, sólo quiero mostrar cuánto te he esperado, y si callo es porque te observo y busco aquella ínfima señal inequívoca que ya creo imposible. Eres mi viaje, mujer, mi búsqueda, mi infinito, a veces mi muerte, nunca mi vida. Conmigo eres libre, mujer, porque no es a ti quien pido amor, sino al tiempo, a los vientos, a cada uno de las causas de mi vida les pido que sea hoy cuando al fin me digas lo que en tus ojos a veces creo ver, que me lleven allí donde albergas tu eterno silencio.