18.6.06

Beso.

Me diste la mano sólo porque la noche y el frío y la música, y yo te respondí con un beso que nunca quiso ser más que dos labios juntos. Tu mano fría y tu mirada indiferente, tu paso cruzado, tu cuerpo compartido y tus tiempos azarosos: todo lo tuyo esta mil cuadras lejos, menos tu cuerpo, ahora revuelto y fundido en mi propia historia. Fue un beso para mojar los labios y cantar a dos silencios la música que nos iba juntando sin que nos diéramos cuenta, que nos iba entrelazando en alientos y miradas de azufre que mataban al frío y la indiferencia y los pasos cruzados. Resonaban las palabras y se mezclaban con la música y la risa lejana de aquellos otros que compartían el tiempo y la noche; todo formaba un ruido de palabras que volvía como la conciencia y recalcaba su vacuidad mostrándonos lo poco que importaba ahora que antes nos hayamos dicho mil nuncas y jamases, que nos hayamos insinuado indiferentes, que sepamos los dos que amamos a otros, porque el beso es sólo porque la música y el frío y la noche y es que es tarde y a esta hora los sueños entran en la vida como por honor a la puntualidad y se mezcla todo, se mezclan tus labios y mis deseos y tus ojos con la esperanza y tu pelo con el futuro, nosotros con el viejo sofá y los cojines con el humo y la música en un todo indistinguible, por la noche que olvida hasta tus pasos cruzados y tu indiferencia que ahora siento en los labios, tus palabras, tu cuerpo usado, nuestro corto tiempo, en honor a la verdad, por frío y la noche y deseo. Te encuentro ahora porque nunca te busqué, ni escuché lo que decías ni te puse atención, porque no te quiero ni te otorgo de mi tiempo; te encuentro en una noche con aires de fin, por el frío y la noche y la hora con el sueño, por el ruido ya apagado de los otros que se van o duermen o nos acompañan en actos pero no en tiempo ni espacio; te beso y no hay amor, sólo vueltas sobre lo mismo y vacío, eterno vacío y desorden de manos y labios y cuerpo, y aquí al fin las palabras se convirtieron en choque de pieles o gritos escondidos, aquí al fin soy libre del tiempo y ya no hay noche ni frío ni actos pasados ni destinos, estas tu y yo como una nada revuelta sobre un sofá que se besa por el tiempo y la música y etcétera.

2 comentarios:

Pablofe dijo...

Exelente, como de costumbre.

Saludos amigo.

Cucharita de Palo dijo...

Besos indiferentes.
"Que sepamos los dos que amamos a otros, porque el beso es sólo porque la música..."

porque son cosas que pasan...
Increíble...

Saludos